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SOBRE EL EXTERMINIO DE INMIGRANTES

Se confirma una de las mayores tragedias de la inmigración en las aguas del Mediterráneo. El goteo de “incidentes” parece interminable, y eso hablando tan sólo de aquellos que tienen reflejo en la prensa. Solamente con los naufragios recogidos en los periódicos europeos, en el mes de marzo nada más, se contabilizan 316 muertos desde las costas de las Islas Canarias hasta las del Egeo, a lo largo de toda la “Frontera Sur” de Europa.

Con este mótivo quisiera recordar una reciente publicación aparecida en España de mano de Ediciones del Oriente y el Mediterráneo, y de la cual ya comentamos algo en este blog: Mamadú va a morir. Pese al limitado interés que un libro de este tipo parece despertar en nosotros, o al menos el acto de su presentación con el autor, es una obra necesaria e importante. Corremos el riesgo de quedarnos con las meras cifras aparecidas en las noticias. ¿Qué son 316 muertos en un mes? En Gaza, en más o menos el mismo tiempo, fueron asesinadas más de 1000. En tantos otros conflictos por todo el mundo mueren muchos más; enfermedades aquí y allá se llevan por delante a millones de personas. ¿Qué más nos dan 300 más o menos?

No es cuestión de flagelarse inútilmente, pero es necesaria una mínima reflexión ante realidades así, máxime cuando estas muertes de producen relacionadas, de alguna manera, cono nosotros, nuestra sociedad, nuestra forma de vivir y, sobre todo, la imagen de bienestar que proyectamos hacia otros pueblos al tiempo que les cerramos todas las puertas. Gabriele del Grande, autor del mencionado libro y del potente blog Fortaleza Europa, se zambulló en esa reflexión. Tras investigar distintas noticias de naufragios similares llegó a una inevitable conclusión: detrás de cada nueva cifra, antes que un número en la estadística, hay una persona; al frente de toda persona, un rostro y un nombre; y a sus espaldas, toda una familia. Y eso es lo que se ve afectado por un naufragio y la desaparición de una persona, la extinción de una vida. Su libro intenta rehacer esa cadena de relaciones, recuperar la identidad de los muertos en las aguas de la Frontera Sur de Europa, conocer a sus familiares, entender sus motivaciones, conocer su realidad y las múltiples dificultades a las que se enfrentan. Todos enfrentamos retos en pos de un sueño, pero no todos arriesgamos la vida en ello, y además un sueño como puede ser escapar de una guerra, buscar una oportunidad de trabajo, una estabilidad económica...

Después de la última tragedia vivida hace apenas un par de días en aguas de Libia, ¿qué obras de arte levantará el viejo cartero jubilado de Túnez con los restos del naufragio?. Mamadú va a morir más que el título de un libro aparece como una sentencia de muerte dictada antes del juicio y ejecutada a la mayor brevedad. ¿Existe una injusticia mayor en nuestro mundo?

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