LA PUERTA DE LA MISERICORDIA
La Puerta de la Misericordia MATTOS, TOMÁS DE Madrid: Alfaguara, 2004 84-204-0099-8 |
En estos últimos años se han puesto de moda algunas novelas pseudohistóricas centradas en una temática religiosa, e incluso películas que han seguido su estela o han desarrollado aún más esta temática. Digo lo de pseudohistóricas porque son novelas y películas, obras literarias al fin y al cabo, con sus tramas de ficción enclavadas en escenarios o situaciones históricas, con personajes, algunos, históricos, pero nada más. En esto son como la mayoría de las llamadas novelas históricas. Sólo que estas últimas reconocen ser novelas, es decir, obras de ficción. Pero las pseudohistóricas nos han sido presentadas como obras de rigurosas investigación histórica que vienen a revelarnos verdades largamente ocultas.
Bien, en este ambiente, en 2002, el uruguayo Tomás de Mattos publicó La Puerta de la Misericordia . Sin pretensiones de reescribir el Evangelio ni de entrar en polémicas banales sobre la historicidad de la persona de Jesús de Nazareth,esta novela ofrece un punto de vista novedoso, diferente sobre los últimos días de la vida de Jesús. Lo diferente, tal vez, en este caso sea que el narrador de esta historia no es un seguidor de Jesús..., perdón, uno de los discípulos declarados de Jesús, porque seguidor suyo sí resultó ser. Nakdimón, nuestro Nicodemo, digno doctor de la Ley, galileo, ya mayor, acude a Jerusalén para la celebración de la Pascua, el mismo año, la misma Pascua, en que Jesús será crucificado. En apenas una semana, unos días antes de tal acontecimiento, Nakdimón, que ha seguido con interés la “carrera” de este profeta un tanto estrafalario, debatirá con él sobre el sentido de las Sagradas Escrituras, sobre los mensajes que Dios ha idfo transmitiendo a la Humanidad por medio de los profetas de Israel, y descubrirá el revolucionario giro que Jesús propone con su mensaje de un Dios que es Padre y que ama a los seres humanos. La suya es una historia de conversión, pero de una conversión de la cabeza. Él, un doctor de la ley, miembro del Sanedrín, no será conquistado con sensiblerías ni palabras bonitas. Quiere razonamientos, quiere ver la voluntad de Dios en las Sagradas Escrituras y que lo que dice Jesús es cierto.
Por el camino, Jesús se muestra como una persona, un ser humano, que apenas atisba realmente que es Hijo de Dios, que es Dios mismo. ¿Cómo descubre Jesús su divinidad? ¿Qué implicaciones tiene el hecho de que se sepa Dios para valorar su entrega en la cruz? Tras su muerte, María, su madre, en medio del humano dolor, guía a través de sus últimas dudas a Nakdimón, José de Arimatea, Marta y María, las hermanas de Lázaro, a Pedro y a Juan... y a todos los creyentes.
Lo revolucionario de esta novela es que plantee tantas cuestiones teológicas, básicas sobre la figura de Jesús y la imagen de Dios que los cristianos tienen (tenemos), tantas historias polémicas e incluso heréticas en otros tiempos sobre la familia de Jesús, sin levantar ni una mota de polvo. Su calidad está en su planteamiento literario, en su sucesión de pausadas discusiones, a la mor del fuego y una copa de vino, espeso, duro, como lo era antaño, desde la puesta del sol hasta el amanecer, y la acción rápida, enérgica del desenlace final de la muerte de Jesús. Su virtud está en un lenguaje castellano pero de los de allá, del Uruguay. No necesita de campañas mediáticas para hacerse con un hueco entre quienes aprecian una buena lectura, con formas y fondo.
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txus -