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LA FAMILIA Y UNO MÁS: FOMENTO DE LA LECTURA EN CASA

La Alhóndiga Bilbao, ese centro llamado a ser un referente cultural en esta ciudad, sigue organizando actividades y cursos a la espera de que se concluyan las obras de su sede, que le da nombre, la Alhóndiga. En octubre nos proponen un curso de varias jornadas sobre el fomento de la lectura en la familia, en casa. En este enlace podéis acceder a la página de la Alhóndiga donde encontraréis más información sobre los contenidos, el programa y la forma de apuntarse a estas jornadas.

Para ir abriendo boca, Deia publica hoy un extenso artículo a partir de entrevistas a algunos de los invitados participantes en este curso de la Alhóndiga. Un buen artículo que da idea de por dónde van las reflexiones en esto de fomentar un hábito lector no sólo desde un entorno escolar, donde se puede relacionar con el trabajo y la obligación, sino también desde casa, como ocio, divertimento, y disfrute. La lectura, ante todo, tiene que ser algo que se disfrute para que cree hábitos y para que haya buenos lectores. De lo contrario quedará como una herramienta de trabajo cada vez en más desuso frente a nuevos soportes (que también se leen por otra parte) o formatos de trasmisión de la información (audiovisuales, presentaciones multimedia, etc.). Al fin y al cabo, elementos de trabajo restringidos a áreas de nuestras vidas concretas y limitadas, más mediatizados. Si de algo ha de servir el escribir y leer ha de ser para ir más allá, para expresar nuestra humanidad, de una forma más profunda, más íntima y personal, tanto si escribimos como por las lecturas que escogemos, como dice Emili Texeidor en elartículo que menciono aquí; para fomentar la autonomía personal, la capacidad crítica y, también, la de expresar nuestras emociones, algo que nos hace mucha falta.

Ayer fui a ver la película Che el argentino, y me quedé con una frase, que ya salía en los trailers: "Un pueblo que no sabe leer ni escribir, es un pueblo fácil de engañar". Y eso es enteramente cierto, incluso en pueblos que sí dominan la lectura, a un nivel técnico, pero que no la practican con capacidad crítica, como ocurre a menudo en los nuestros.

En fin, que bienvenida la iniciativa de la Alhóndiga, aunque en realidad quienes acudan a este curso, y paguen la cuota, sean bibliotecarios/as y maestras/os más que padres y madres.

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