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litteraemundi

¡GRACIAS, JOSÉ LUIS!

¡GRACIAS, JOSÉ LUIS!

Confieso que me he metido en esto de la interculturalidad muy a ciegas. Es como una gran palabra a la que cuesta dar contenido. Además, suena a palabro técnico, largo y a veces difícil de pronunciar; un poco pedante. Pretender hablar de interculturalidad y decir qué sea esto..., uff. Hay que tenérselo creido. Bueno, tal vez. Pero, ¿cómo definir, por ejemplo, una historia que está hecha de varias historias y cuyos personajes son: un argentino de hijos españoles regresado a Catalunya, que se casa con una francesa, viuda de un militar italiano, y que acaba conociendo y reflejando su existencia con la de una argelina, nieta de republicanos españoles, de paso por España en pos de una beca en la Sorbona? Nuevamente, uff, por la preguntita (¿os habéis perdido?) y por lo que dice. Pues a mí se me ocurre el adjetivo intercultural. Y en pleno sentido, porque en esta historia no se trata de juntar personajes de orígenes variopintos coincidiendo en un territorio que no es, además, el natal de ninguno de ellos. Interactúan, conviven, mezclan sus experiencias y, encima, encuentran explicaciones y soluciones a sus propias existencias y dudas en las de los otros, aún siendo de culturas deistintas. Y eso se nota.

Pues bien, esto (y seguramente muchas otras cosas más) es la película La educación de las hadas, de José Luis Cuerda, una poética y bella película española (argentina, francesa...) que se ha estrenado hoy. A pesar de la belleza de la historia, la interpretación de sus actores (mención especial al niño) y otras cuestiones técnicas que no sé, no ha llenado, ni mucho menos, las salas de cine, al menos en Bilbao. Disfrutadla.... si queréis.

2 comentarios

Gica -

Emotiva a la par que entrañable película que logra validar la respuesta que el corazón puede dar a la realidad que llega a atrapar a sus personajes, multiculturales sí, pero que comparten su anhelo por la vida, recordándome la sonrisa que esbozan los protagonistas en el cartel del film a la que acompañaba a mi rostro el sábado a la salida del cine, tras disfrutar de esta historia.

Un lujo de sentimientos…

Auntz -

Grandes verdades, una pelicula yo diría que multicultural, y que hace pensar.
Seguiremos pensando y si es con el cine como escusa mejor que mejor.